Santo Domingo, República Dominicana – Un video que se ha viralizado rápidamente en redes sociales ha desatado indignación y un debate crucial sobre la seguridad de los menores en el transporte escolar y la responsabilidad de los adultos a cargo. Las imágenes, compartidas a través de un reel de Instagram, muestran a una empleada del autobús escolar del Sistema de Transporte Escolar (TRAE) desmontando a un niño en plena vía pública, aparentemente por mal comportamiento. Este incidente no solo pone en tela de juicio el protocolo de actuación ante conductas infantiles, sino que también señala directamente a los encargados del transporte y al Estado dominicano, a través del Ministerio de Educación.
La escena es perturbadora: un menor, vulnerable por su edad y la situación, es abandonado a su suerte en un entorno posiblemente desconocido y peligroso. Si bien se menciona un “supuesto mal comportamiento” del niño, la reacción de la empleada es desproporcionada y éticamente indefendible. La premisa fundamental en la interacción con menores, especialmente en roles de cuidado y tutela, es la protección y la garantía de su bienestar. Ante una actitud “malcriada” o disruptiva, la respuesta adecuada nunca debería ser la exposición al peligro.
Responsabilidad del TRAE: Como entidad encargada del transporte escolar, el TRAE tiene la obligación primordial de garantizar la seguridad e integridad física y emocional de los niños bajo su cuidado. Desmontar a un menor en la vía pública, sin la presencia de un adulto responsable o sin asegurar su reubicación segura, constituye una negligencia inaceptable. ¿Existen protocolos claros para manejar el mal comportamiento de los estudiantes? Si los hay, ¿fueron ignorados flagrantemente en este caso? La empresa debe responder sobre la capacitación de su personal y las medidas disciplinarias que se tomarán.
Responsabilidad del Estado Dominicano y el Ministerio de Educación: El Ministerio de Educación, como ente rector de la educación en el país, tiene la supervisión y la responsabilidad última sobre todos los aspectos que conciernen al alumnado, incluyendo su transporte. La existencia del TRAE, un sistema estatal, implica una supervisión directa. ¿Qué mecanismos de control existen para asegurar que los operadores de transporte escolar cumplan con los estándares de seguridad y protección infantil? Este incidente debería activar una revisión exhaustiva de las políticas y la supervisión del Ministerio sobre el TRAE y otros proveedores de transporte.
La Premisa de la Orientación vs. el Abandono: Resulta evidente que la empleada actuó impulsada por la frustración, olvidando su rol como adulta y orientadora. La actitud “malcriada” de un niño, lejos de justificar su abandono, demanda una intervención pedagógica y orientativa. Lo debido, sin lugar a dudas, era llevar al niño hasta su destino seguro – su casa o la escuela – y posteriormente tomar las medidas necesarias con relación a su actitud, ya sea a través de los padres, la dirección escolar o los mecanismos disciplinarios establecidos. Dejarlo “a la intemperie” es una medida punitiva que pone en riesgo su vida.
¿Qué Pasaría Si a Este Niño le Pasa Algo?
La pregunta que resuena con fuerza es: ¿Qué pasaría si a este niño le hubiera ocurrido algo grave tras ser abandonado? Un accidente, un secuestro, o cualquier tipo de daño físico o psicológico. Las consecuencias serían devastadoras y la cadena de responsabilidades se extendería. La empleada podría enfrentar cargos por abandono o negligencia, y la empresa TRAE, junto con el Ministerio de Educación, podrían ser señalados como responsables subsidiarios por no garantizar la seguridad del menor.
Más allá de las implicaciones legales, las consecuencias morales y sociales son profundas. Este tipo de incidentes socava la confianza de los padres en el sistema de transporte escolar y en las instituciones encargadas de la protección infantil. Genera un precedente peligroso que normaliza el abandono de menores como una forma de “disciplina”.
La Viralización y el Llamado a la Acción:
La rápida viralización de este video en redes sociales es un arma de doble filo. Si bien expone una conducta reprobable y genera conciencia, también puede estigmatizar al menor y a la empleada. Sin embargo, en este caso, la exposición pública sirve como un llamado de atención urgente a las autoridades. Es imperativo que el Ministerio de Educación y el TRAE emitan una declaración pública, inicien una investigación exhaustiva, tomen las medidas disciplinarias correspondientes y, sobre todo, revisen y refuercen los protocolos de actuación del personal encargado del transporte escolar, poniendo siempre la seguridad y el bienestar de los niños como prioridad absoluta. La sociedad dominicana demanda respuestas y la garantía de que un incidente tan irresponsable no se repita.
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