El impacto social, económico y de salud de este comercio ilegal, se ha convertido en un negocio super rentable, dejando al Estado pérdidas por miles de millones por impago de impuestos.
Ciertamente, el comercio ilícito de mercancías de todo tipo, impone graves penalidades económicas al pueblo dominicano, que día a día ve disminuir drásticamente sus ingresos por los altos impuestos al consumo, debido, principalmente al contrabando de algunos productos específicos.
Los cigarrillos, por ejemplo, constituyen un flagelo para la producción nacional tabacalera, que, dicho sea de paso, se encuentra en los primeros lugares a nivel mundial.
El comercio ilegal es un problema que incide de distintas formas en la industria formal. “una de ellas, la más evidente, es la competencia desleal que genera”, afirma Erick Pérez del Toro, ejecutivo de Phillip Morris.
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Pérez del Toro habla con propiedad y fundamento, ya que es también gerente regional para Centroamérica y el Caribe para prevención de comercio ilícito y, a su vez, gerente de asuntos fiscales y regulatorios para el Caribe.
Asimismo, es miembro de la Comisión de Regulación de Mercado de la Asociación de Industrias de la Republica Dominicana (AIRD), y del equipo directivo de la Asociación de la Industria del Cigarrillo (Asocigar) en el país.
¿Quién mejor que él para hablar acerca de la situación actual? En torno al tema, expone al desnudo las consecuencias en todos los aspectos, de este comercio ilícito, cuyas penalidades solo se imponen desde 2019, cuando se promulgó la Ley 17-19 sobre Erradicación del Comercio Ilícito, Contrabando y Falsificación de Productos Regulados.

El impacto económico y social del contrabando de cigarrillos
Explica que “tomando en cuenta que los impuestos al cigarrillo representan casi un 60% del precio final, el hecho de que el cigarrillo ilegal no los pague, implica una afectación importante”.
Es decir que, este tipo de comercio ilícito impacta de manera directa tanto a los fabricantes como a los usuarios finales y por supuesto al fisco, ya que, “luego de la reforma fiscal del 2012, a pesar de que los análisis indicaban que la carga tributaria del tabaco era ya bastante alta, se incrementaron los impuestos específicos en casi un 40 por ciento”, lo que multiplicó significativamente el contrabando, “llegando a niveles por encima del 50 por ciento del mercado total en el año 2019”, dice Pérez del Toro.
Esto, a su vez, ha implicado una caída del volumen legal de casi un 70 por ciento, afectando toda la cadena de valor de la industria, es decir, disminuyendo las ventas y por consecuencia, causando pérdidas millonarias tanto al fisco como a la industria cigarrera en general.
La subida de precios responde, en gran medida, al incremento de impuestos, iniciado en la reforma tributaria (Ley 253-12). Esto, junto a una incidencia importante de cigarrillos ilegales en el mercado, han provocado una pérdida considerable de competitividad. “Hoy en día, aunque se trabaja de manera importante para luchar contra el comercio ilegal, 3 de cada 10 cigarrillos son de contrabando”, indica.

Esta situación ha tenido un impacto negativo en el sector, ya que, si se toma en cuenta la evolución del comercio ilegal desde el 2015 a la fecha, la pérdida fiscal durante este período se estima en casi 30 mil millones de pesos por concepto de impuesto selectivo al consumo e Itbis.
Un duro golpe a las empresas que funcionan de manera legal, a las que los impuestos a pagar laceran de manera perceptible una sana competitividad, debido a los altos precios de venta de los cigarrillos legales. Es preciso destacar que, con cada contenedor de 40 pies de cigarrillo de contrabando que entra al país, “se estima una pérdida de aproximadamente 67 millones de pesos o su equivalente en dólares US$1.13 millones (acorde a los impuestos vigentes del 2024), tomando en cuenta el impuesto selectivo al consumo e Itbis.
Cigarrillos Capital “made in Dominican Republic”
La inventiva criminal no conoce límites, el pasado 17 de febrero del año que transcurre, personal del Ministerio Público de Santo Domingo Oeste desmanteló un laboratorio clandestino en La Guáyiga, distrito municipal de Pedro Brand, a la altura del kilómetro 22 de la autopista Duarte, donde funcionaba una empresa de fachada de fabricación ilegal de cigarrillos y alcohol.
Aunque esta marca llega de contrabando por diversas vías, puertos, aeropuertos cruces fronterizos, es la primera vez que se tiene información de la fabricación de estos en territorio local. Al parecer los piratas, perdón, contrabandistas, han perdido el miedo y ahora el delito se lleva a cabo en nuestras mismas narices.
Quizá, debido a la efectividad de la labor que llevan a cabo de manera conjunta el Ejército, en los puntos fronterizos y de control y el Cuerpo Especializado de Control de Combustibles (Ceccomm) –solo en el último mes las autoridades han decomisado casi 8 millones de unidades de cigarrillos, la mayoría de la marca Capital–. La cifra exacta es de 7 millones 852 mil 560 cigarrillos ¡en tan solo 30 días!, sin contar los que sí entran debido a complicidades y otros asuntos turbios.
Fumando espero… el humo que no quiero
La incidencia de cigarrillos ilegales durante el período 2015 al 2024 se incrementó en un promedio anual de 30%, al punto de que, hoy en día, 3 de cada 10 cigarrillos en el país son ilegales, no pagan los impuestos ni cumplen con las regulaciones de empaquetado.
Según Pérez del Toro, “se puede estimar que más de 5.4 billones de cigarrillos ilegales entraron al país durante ese período. De este total, aproximadamente la mitad corresponde a la marca Capital”, (fabricada con licencia por Oriental General Group, en Dubai, Emiratos Árabes Unidos), esta empresa es de origen chino. Una especie de zona franca, que al igual que el contrabando, está exenta del pago de impuestos.
A partir del descubrimiento, allanamiento y decomiso realizado por las autoridades en La Guáyiga, Pedro Brand, cabría preguntarse… ¿Cuántas “fábricas” ilegales se encuentran diseminadas en el territorio? Esta sería la punta de lanza para iniciar una investigación seria y sin mucha bulla. Es difícil creer que todo se limite a una. ¿Quiénes estarían involucrados? ¿Responden a intereses mayores? Que dos hermanos establezcan negocios de este tipo, debe llamar a sospecha a las autoridades.
contrabando cigarrillosDescarga
Y la reforma fiscal de 2012 sigue pesando como una losa de cementerio
Según Pérez del Toro, “antes de la reforma del 2012 (Ley 253-12), la incidencia del cigarrillo ilegal era menor al 1 por ciento”. Hoy en día, esta se ha multiplicado y ronda el 30 por ciento. “Desde 2015 a la fecha, la industria del cigarrillo ha perdido cerca de 30 mil millones de pesos por concepto de impuesto selectivo e Itbis al tabaco”. Esto pone en cierto estado de indefensión a la industria, a pesar “de los trabajos realizados por el gobierno dominicano en términos de inspecciones en puntos de venta, decomisos, destrucción de cigarrillos decomisados y judicialización de casos de contrabando, desde el 2015 a la fecha”.
El ejecutivo de Phillip Morris expresa que, tomando en cuenta el aumento de impuestos antes mencionado, el impacto en el volumen legal de la industria ha sido importante, al punto de que, hoy en día, ha caído casi un 70 por ciento con relación a 2012 –el nivel de ventas–. Un golpe duro y traicionero a la industria como tal.
Explica que debido a los incrementos escalonados durante 3 años (2013-2015), cayó significativamente el consumo legal, lo que se traduce también en un problema de salud pública, debido a la falta de reglamentaciones como las etiquetas que advierten que “fumar es dañino para la salud” y las que regulan el estado de legalidad, por el que también se pagan impuestos.
Impacto a la calidad del producto nativo
Cuestionado sobre el impacto que tiene esta competencia a todas luces ilegal y delictuosa, para no decir criminal, en la producción tabacalera del país, y de manera puntual a los cosecheros y productores tabacaleros del país, responde, que, “toda práctica ilegal tiene un impacto negativo en el aparato productivo nacional, especialmente en toda su cadena de valor. En adición a esto, tomando en cuenta que el tabaco dominicano es un producto emblemático con un alto engranaje cultural y económico en el país, es indudable que el comercio ilegal termina afectando la reputación de dichos productos”.
Esto se traduce en un riesgo particular, que involucra diversos factores como, la vinculación que existe entre el comercio ilícito de cigarrillos y el crimen organizado. “Esto termina incidiendo en la seguridad del país, pérdida de competitividad, pérdidas de empleos formales y un impacto negativo en las recaudaciones fiscales del Estado dominicano” manifiesta convencido.