Santo Domingo Este.- Entre gritos de dolor e impotencia fue sepultada la mañana de este miércoles María Gil, una adolescente de 17 años conocida como “Anahí”, quien falleció ayer martes tras haber sido hallada con signos evidentes de violencia física y sexual en unos matorrales de la avenida Ecológica de Santo Domingo Este.
El funeral, se realizó en la casa de la joven en Maquiteria y a las 11:00 de la mañana fue trasladada al cementerio municipal Cristo Salvador. Familiares, vecinos y allegados acompañaron el cortejo fúnebre en un ambiente marcado por el llanto y la exigencia de justicia, además de intervención policial para evitar disturbios.
La escena más desgarradora fue protagonizada por la madre de la joven, quien no pudo contener sus gritos de desesperación mientras sostenía entre sus brazos a su nieta de un año que deja en la orfandad.
“Mi pobre hija, solo tenía 17 años. Me la mató, dejó a su bebé sola”, clamaba desconsolada.
La hermana mayor de la víctima, junto a otros familiares y vecinos, también se unieron al clamor exigiendo que se investigue a fondo el hecho y se someta a la justicia al responsable.
“Anahí no merecía este final. Era una madre joven. Esto no puede quedar impune”, expresó entre lágrimas una vecina de la joven.
Según el relato de los familiares, María había salido el pasado viernes a visitar a su abuela, pero nunca regresó a casa. Fue encontrada al día siguiente en estado inconsciente, con múltiples lesiones, y trasladada de emergencia a un centro de salud, donde permaneció cuatro días ingresada en estado crítico hasta fallecer.
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Los parientes señalan como principal sospechoso a un hombre identificado como Mario Abreu Lara, alias “Ramón”, quien supuestamente fue la última persona con la que se le vio.
La menor que deja en la orfandad, hija única de la víctima, había celebrado su primer cumpleaños apenas dos días antes del hecho que acabó con la vida de su madre.
Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido declaraciones oficiales sobre avances en la investigación, mientras la familia de María Gil pide justicia por su memoria y por la hija que ahora crece sin su madre.